miércoles, 1 de septiembre de 2010

La Fiebre Aftosa

La fiebre aftosa (Foot and Mouth Disease, FMD por sus siglas en inglés) es una enfermedad que no representa un peligro para los humanos. En California no ha ocurrido un brote de fiebre aftosa desde 1929. Pero debido a que es una enfermedad muy contagiosa que puede ocasionar severas pérdidas económicas, esta enfermedad es motivo de seria preocupación en el ámbito de salud animal internacional y una amenaza a las industrias de ganado bovino lechero y de carne y porcino en California.

DESCRIPCIÓN

La fiebre aftosa es una enfermedad viral muy contagiosa, debilitante, de curso rápido que ataca a animales domésticos y salvajes de 2 pezuñas. Entre los animales afectados que constituyen un importante sector de la industria agropecuaria están las vacas, ovejas y cerdos, así como otros animales domésticos y salvajes. Puesto que se propaga rápida y extensamente, y acarrea serias consecuencias a la salud y bienestar animal y al mercado internacional, la fiebre aftosa es una de las enfermedades de animales más temidas.

La fiebre aftosa se trasmite a animales expuestos a personas con ropa o calzado contaminados; a animales que entran al rebaño o manada; instalaciones o equipos contaminados en la granja o lechería; vehículos de transporte contaminados; o agua, heno, alimento, piel o productos farmacéuticos contaminados. La trasmisión a distancia por corrientes de aire puede alcanzar hasta 40 millas (64 Km) por tierra y 180 millas (290 Km) por agua.

Los actuales reglamentos de erradicación de la fiebre aftosa establecen cuarentena, sacrificio y eliminación de animales afectados y desinfección de instalaciones.


IMPACTO ECONÓMICO


Un brote de fiebre aftosa sería un desastre para la industria agropecuaria. Las pérdidas ocasionadas podrían ser de $6 a $14 mil millones en producción y ventas, según proyecciones de un estudio realizado en 1998 en UC Davis. Las exportaciones se suspenderían. El desplazamiento de animales dentro del estado y al resto del país se vería seriamente restringido.
 
 
 
 
 
 
QUÉ HACER SI SE PRESENTA UN BROTE


La fiebre aftosa se debe reportar a las autoridades. Los veterinarios son los primeros en reconocer y reportar la fiebre aftosa a las autoridades veterinarias competentes. Los veterinarios de las agencias estatales y federales tienen programas específicos para disminuir el riesgo de una posible introducción de la fiebre aftosa a EE.UU. y para responder ante un brote. Las autoridades exigen a los productores la cuarentena de instalaciones donde haya animales que puedan estar infectados con fiebre aftosa, restringir el movimiento de animales a granjas y ranchos cercanos y suspender la exportación de animales.

La única manera de controlar la propagación de la fiebre aftosa es sacrificar y eliminar los animales infectados o expuestos a la enfermedad. Las autoridades eliminan los cuerpos de los animales enterrándolos o quemándolos, y luego, desinfectan las instalaciones. Se pueden introducir nuevos animales al lugar después de que las instalaciones hayan estado desocupadas un mínimo de 30 días, y se observa muy de cerca a los nuevos animales por riesgo de reinfección.





No se sabe qué probabilidades hay de que se pueda presentar un brote de fiebre aftosa en EE.UU. La vigilancia es un factor crítico. Hay preocupación de que turistas y personas de otros países puedan traer la enfermedad al país, sin saberlo. En ocasiones, cuando hay brotes a nivel mundial, como ocurre actualmente, los veterinarios y los productores deben limitar la visita de turistas extranjeros a granjas y lecherías para reducir el peligro de contaminación.










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