miércoles, 25 de agosto de 2010

LAS ESPECIES SILVESTRES.

Las aves y demás animales silvestres subsistirán solamente si se conservan los habitats naturales silvestres propios de cada región del planeta, en las que éstos saben y pueden vivir, crecer y anidar: nuestros bosques nativos, pastizales nativos, costas marinas, juncales, bañados, etc, con todos sus ingredientes originales: plantas, mariposas, ofidios, ranas, peces, hormigas, roedores, moluscos, etc. Si el hombre, con sus plaguicidas y arados, canalizaciones, urbanismos, caminos, minas, diques, pesca e industrias pesadas continúa con su accionar, no hay que ser demasiado inteligente para imaginar el resultado final. Y sumemos el comercio de fauna, la caza, incluso el turismo irresponsable que invade brúscamente areas prístinas. Todos ellos contaminan, esterilizan, vacían, endican, talan, matan, o eliminan esos ambientes y sus contenidos. Asi, las aves y demás formas de vida silvestre desaparecerán, sin lugar a dudas. Y eso ya ha pasado. Esta pasando ahora, y seguirá pasando. Aquí en la Argentina, en todas sus provincias, y en el resto de los paises del mundo, en mayor o menor grado. Por eso los amantes de las aves y la naturaleza en general estamos seriamente preocupados por el trágico destino que corren muchas especies HOY en el mundo, seriamente reducidas a poblaciones muy pequeñas, aisladas y sofocadas.

Huella Ecológica
La solución no es fácil, puesto que los humanos somos muchos, y todos, en mayor o menor grado, pretendemos que la naturaleza esté a nuestro servicio. Y los requisitos del mundo moderno exponencian esta idea. Por ejemplo, se pretende que las tierras una producción agrícola de calidad intachable y altamente rendidora. Hoy ¿quién no pretende que la fruta del mercado se ofrezca impecable, sin la mas mínima marca de algún insecto? Este simple requisito, que todos exigimos al momento de elegir la fruta en la verdulería, obliga al productor normal a aplicar pesticidas. Los productores orgánicos de algunos productos reducen o eliminan la aplicación de agroquímicos, pero son una minoría, una gota en el mar. Damos por descontado que la harina más pura debe valer centavos, lo cual conduce al productor a cultivar extensiones inimaginables, a mecanizar, a aprovechar cada metro cuadrado de su lote. Imponemos el uso de envases descartables plásticos, sin ocuparnos de la basura que generamos. Tenemos a disposición todo tipo de calidades de papel, laminados, pinturas, químicos industriales y materiales de construcción. Comer pescado es como un derecho adquirido bíblico - por más que las pesquerías del muundo ya se están agotando. Descontamos que el suministro eléctrico debe ser barato y cuantioso. Pretendemos forestar donde nunca hubo bosque, talar nuestos campos con sus bosques nativos cuando se nos antoja, quemar inmensas superficies de monte, secar bañados, y "desmalezar" todo espacio donde crezcan "yuyos". O quizás también destruir todo un campo natural - incluidos sus bañados y sus pajonales - para construir un lujoso "pueblo privado", que irónicamente se ofrecerá a ingenuos compradores como auténtico "country club ecológico" - y en nuestra ignorancia ponemos odos nuestros ahorros para comprar cosas así. En nuestros hogares pretendemos pisos de guatambú y muebles de algarrobo - siendo éstas maderas de árboles nativos de lento crecimiento extirpados de bosques mixtos imposibles de recrear, aún si se replanta - cosa que es igualmente distante. Asimismo queremos quemar troncos de quebracho en el hogar y carbón de leña en la parrilla, sin advertir que así estamos colaborando así con el desmonte del paisaje chaqueño. Todos, y también me incluyo, queremos viajar, sin pensar en la cuota del daño que causamos al planeta al obtener el purísimo combustible para el viaje, que compramos con nuestro sistema de trueque llamado dinero.
Esta lista pedante - y obviamente muy incompleta - de lo que el hombre moderno considera "derechos mínimos", implica que todos dejamos una importante "huella ambiental", que impacta el mundo natural de mil formas distintas. Y el saldo es siempre negativo para las especies silvestres. Si nada se hace por la flora y fauna nativas, es muy fácil pronosticar el desenlace.

Areas Protegidas
Por eso se han creado las areas protegidas: son las reservas y parques nacionales, que hoy cumplen una misión mucho más importante que la de contener cascadas, montañas y lagos hermosos para el regocijo paisajístico: son los unicos reservorios de biodiversidad en donde se protegen las especies silvestres, junto a la compleja y desconocida interacción biológica entre los diversos seres vivos. Son reductos de superficie mínima, que hoy no son suficientemente amplios para garantizar la supervivencia de muchas de las especies en riesgo, como nuestro hermoso aunque ya rarísimo jaguar, nuestras diversas aguilas selváticas, o nuestro lobo autóctono. Por eso, en las areas protegidas nos prohiben hacer fuego, nos prohiben llegar a las zonas intangibles, nos prohiben recolectar flores, tirar basura, circular a gran velocidad, hacer minería, abrir nuevos caminos y oleoductos, construir diques y nuevos hoteles. Dentro y en la periferia de estos santuarios, hemos todos de aceptar y apoyar estas normas, que se imponen por el bien de la conservación de la vida silvestre.

Nativo vs. Exótico
Las especies nativas son aquellas que siempre formaron parte de la vida natural propia de un lugar. Existe entre ellas un equibrio y adaptaciones mutuas, a veces asombrosas, como resultado de millones de años de convivencia. Cada zona o región tiene una lista de especies citadas y reconocidas como nativas, mientras que con la llegada del hombre han aparecido también especies exóticas.
Hay cierta confusión acerca del uso de término "exótico". Nos enseñana que una flor exótica siempre será grande y bella, y quizás hasta sea carnívora...¡Nada de eso! Las plantas y animales exóticos son aquellos que provienen de otros continentes u otras regiones. No tiene por qué ser mejores que las nativas. En todo caso, las flores nativas sudamericanas no tienen nada que envidiar a las exóticas. El mismo concepto se aplica a todos los seres vivos

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