jueves, 26 de agosto de 2010

LOS RUMIANTES

Un rumiante es un animal que digiere los alimentos en dos etapas, primero los consume y luego realiza la rumia. Ésta consiste en regurgitar el material semidigerido y volverlo a masticar para deshacerlo y agregarle saliva. Dentro de los rumiantes se incluyen los bovinos, ovinos, caprinos y camélidos.

Los rumiantes poseen un aparato digestivo que se caracteriza por poseer varias divisiones (cuatro en el caso de los bovinos, ovinos, caprinos y cervidos). Las cuatro cavidades en estos animales son: (continuamente desde el esófago al duodeno)

1. El rumen, panza o herbario.
2. El retículo, redecilla o bonete.
3. El omaso, libro o librillo.
4. El abomaso, cuajar, cuajo o estómago verdadero.

Los compartimentos previos o proventrículos llamados retículo (redecilla), rumen (panza), y omaso (libro).
El cuajar (estómago verdadero), llamado también ventrículo o abomaso. Los dos primeros proventrículos forman una sola cavidad separada por un pliegue de manera que el contenido fluye libremente de uno a otro, y es aquí en donde se desarrolla la mayor actividad microbiana. El omaso cuya función no está plenamente aclarada ejerce mas actividad de tipo mecánico en cuanto a la expresión y selección del material particulado y el abomaso ejerce las funciones del estómago de los animales monogástricos.
Los proventrículos y el estómago de los rumiantes son muy grandes en relación con el tamaño del animal y llenan las 3/4 partes de la cavidad abdominal.
El tamaño de los diversos compartimentos es variable según la edad del animal y del tipo de alimento que consume. En los neonatos, el abomaso está mas desarrollado, pero a la medida que comienza a consumir forrajes fibrosos el rumen y el retículo aumentan de tamaño.
En el adulto, el rumen y el retículo constituyen el 81 al 87% de la capacidad gástrica total dependiendo de la naturaleza de la dieta. El omaso y el abomaso representan entre el 6 y el 8%. Dietas ricas en concentrado o forrajes de buena calidad resultan en tamaños relativamente mayores del abomaso.
El peso del contenido de los estómagos también ofrece muchas variaciones, pero la mayoría de los autores lo sitúan entre el 10 y el 20% del peso total del animal.

LA INGESTIÓN Y LA MASTICACIÓN DEL ALIMENTO.

La ingestión de alimento de los rumiantes en pastoreo puede ocupar una tercera parte o mas de su tiempo, dependiendo de la disponibilidad del forraje, del agua, y de la temperatura ambiental. Estos factores son discutidos en otras partes de este texto.
LA PRENSIÓN del alimento se realiza por la acción combinada de la lengua que tensiona la hierba, los labios que la fijan y los dientes que la cortan. el modo de prender el alimento ofrece variaciones pero con mucho es la lengua el mas importante órgano de prensión en el bovino.
LA MASTICACIÓN es la reducción a partículas de menor tamaño. Por la naturaleza del alimento, se requieren movimientos masticatorios laterales que permitan romper las fibras de la hierba para que pueda ser deglutida. La mandíbula es mas ancha que la quijada permitiendo que se usen los molares de un solo lado al mismo tiempo. Por estos movimientos laterales, las muelas de los bovinos tienen la superficie masticatoria en forma de cincel presentando el filo adentro en los molares inferiores y afuera en los superiores. Aunque el aparato masticatorio de los rumiantes es suficientemente adecuado para la correcta masticación del alimento que consumen, usualmente al ingerir el alimento toman muy poco tiempo masticándolo.
Quizá el temor a los predatores les obliga a comer rápidamente y una vez logran acumular suficiente cantidad de alimento en el rumen, buscan un sitio tranquilo y resguardado para comenzar a rumiarlo.
Es necesario recordar que la naturaleza fibrosa de las raciones normales requiere una considerable cantidad de tiempo y de energía para la masticación; sumados los movimientos masticatorios de la ingestión y la rumia, una vaca en una dieta normal ejecuta mas de 24.000 movimientos masticatorios diarios.

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